Se ha demostrado en la última decada que existe un proceso inflamatorio difuso, tal vez una vía final común con muchas causas, que conducen a la deposición de beta-amiloide y la formación de las placas. El hallazgo alentador en estudios de control de casos epidemiológicos y retrospectivos fue el efecto del ibuprofeno sobre el inicio y la progresión de la enfermedad. Estos resultados no han surgido de los ensayos clínicos prospectivos, y muchos han sugerido que la falla de los ensayos clínicos se debe a la necesidad de iniciar el tratamiento antes de que comiencen los síntomas. El entusiasmo de los investigadores por esta idea es comprensible, incluso ante el escepticismo de los geriatras. ¿Qué pasa con los efectos secundarios del ibuprofeno en los ancianos que incluyen hemorragia gastrointestinal e insuficiencia renal? ¿Cómo averiguamos quiénes son estas personas que necesitan tratamiento?
Este estudio es un primer paso para encontrar la respuesta a la segunda pregunta: ¿Cómo saber quién necesita tratamiento? Los investigadores informan que desarrollaron una prueba ELISA de la saliva para la proteína beta amiloide con el proposito de detectar la enfermedad de Alzheimer antes de las manifestaciones clínicas. Una vez que eso se resuelva, la siguiente pregunta será ¿qué medio de administración (tal vez un aerosol nasal?) puede evitar los riñones y el tracto gastrointestinal.
McGeer PL, Guo JP, Lee M et al. Alzheimer’s Disease Can Be Spared by Nonsteroidal Anti-Inflammatory Drugs
J Alzheimer's Dis (2018) 62 (3): 1219-1222